terrible, terrible

Posted by mr! | Posted in , , , | Posted on 21:14

0


me gusta ser leído, escuchar como llegan las palabras a mi mente y no tener que verlas, sólo ocuparme en imaginar lo que ocultan esas pequeñas manchas de tinta sobre el papel amarillento. cerrar los ojos y estar cómodo.


en mi cabeza no siempre todo es nítido, pequeñas partes resaltan.

la historia de un gato que enseña a volar a una gaviota, ella se llama afortunada y quiere ser un gato también, como zorbas, su mamá; junto a un gato al que todo le parece terrible, terrible.

la maga y oliveira en parís, una historia de amor contada de una forma desordenada y a la vez ordenada.

adoro ser leído e imaginar todo lo que llega a mí sin necesidad siquiera de abrir los ojos.

y dormir mientras la voz me atraviesa y tranquiliza...



"So let's stay out tonight
You see, I just can't stop it
I just can't stop it
Ooh, girl I say ooh
"

violently unhappy

Posted by mr! | Posted in , | Posted on 17:39

0


Decenas de lunares rojos que invadían el lugar. Una esfera con cientos de espejos rectangulares que reflejaban descaradamente todo lo que llegaba a ellos colgaba encima de mí.

Unos pequeños altares a la vanidad y el deseo estaban en medio de la pista con hombres que se movían al ritmo de la música.

Una gran araña colgaba del vestíbulo rodeada de telas negras que deban la impresión de estar en una enorme tienda de acampar. Mientras un hombre usando lentes de sol bailaba sensualmente, al menos eso le parecía a él, en una de las zonas prohibidas. Demasiado alcohol en su cuerpo, pensé.

Minutos después varios hombres vistiendo traje negro lo arrastraron a la salida y terminó tirado en la banqueta de la calle mojada.

Un hombre lleva demasiado tiempo parado en las escaleras ve a todos con interés y parece buscar algo que no encuentra. Está solo. No me imagino ir a un lugar así solo, me parece depresivo y desesperado. Siento compasión por él.

En el baño hay muchas personas, ellos platican y ven a todo el que pasa. Habituales les llamarían los empleados. Ellos viven de esos lugares, son su diversión.

Música ensordecedora, bebidas alucinantes y desinhibidoras rondan por doquier.

Una pareja se ha encontrado, están platicando y se tocan provocativamente. Un hombre que usa lentes y lleva traje blanco circula por el lugar, ofrece cortesías y pregunta por el servicio.

Yo observo todo a mi alrededor, estoy ahí pero soy un ausente. Siento que no encajo en este interminable rompecabezas indescifrable, trato de unir las piezas en mi mente y no logro encontrar la última pieza, hay algo que no concuerda y no sé que es.

Me siento mareado, me concentro un momento y veo todo. La gente sigue bailando, cantando y bebiendo. Se ignoran, es una tienda aquí: sólo ves lo que te interesa y lo demás es parte de la decoración. Yo soy parte de la decoración.

Y es cuando encuentro la pieza que no encaja, me muevo de las escaleras donde he pasado toda la noche parado y me dirijo a la pista a bailar solo, y siento compasión por mí.

receta

Posted by mr! | Posted in | Posted on 9:30

1


Para la siguiente receta de un día cualquiera tome de 2 a 5 personas, de preferencia muy distintas entre sí, y déjelas macerar en una parada de autobús por 10 minutos.

 

En un recipiente aparte ponga 1,500 kilos de pasajeros, espolvoree una pizca de basura, y conversaciones entre los pasajeros al gusto, bátalos hasta formar una mezcla uniforme y vacíelos en un autobús de mediano tamaño, el cual deberá estar previamente empolvado para evitar que se pegue, permita que se asiente.

 

Incorpore las personas que dejó macerando con el resto de los pasajeros en el autobús y espere de 10 a 15 segundos antes de revolverlos. Tome una espátula y agite todos los ingredientes hasta que vea que los grumos han desaparecido, será normal que obtenga un poco de espuma agresiva o gritos entre los pasajeros y las personas recién agregadas, sólo remuévala con una cuchara de madera y continúe.

 

Deje reposar los ingredientes por un largo y tedioso camino, sin olvidar frenar constantemente, y acelerar cuando los semáforos estén a punto de cambiar a rojo. En un asiento aparte bata a punto de turrón a un conductor del autobús con mucho cuidado para evitar que se baje la espuma, agregue dos cucharadas de cigarros, una cucharadita de mal humor y música grupera al gusto.

 

Añada lentamente al chofer mientras agita la mezcla, una vez que se han unido, precaliente un horno con forma de calle a 30º Centígrados por cerca de 8 horas.

 

Tome unos trabajadores salteados en aceite de oliva, amas de casa guisadas en mantequilla, estudiantes al vapor y visitantes de la ciudad al mojo de ajo; lícuelos con un poco de agua y sazone con maletas, mochilas, bolsas y morrales llenos de pertenencias personales.

 

Una vez más revuelva la mezcla con lo que licuó hasta ver que la composición es demasiado heterogénea. Meta el autobús al horno y trate de moverlo constantemente para evitar que se pegue la mezcla.

 

Para la cubierta utilice una duya con personas dentro, previamente cocidas y sazonadas, gradualmente orille el autobús del horno, para evitar quemarse, y decore al gusto.

 

Se dejará hornear por un periodo de tiempo considerable, dependiendo de la prisa que tenga el conductor y el tráfico del horno, normalmente tomará 1 hora.

 

Saque uno o dos pasajeros cada 5 cuadras aproximadamente para probarlos y saber si ha sido suficiente el tiempo de horneado o es necesario más.

 

Es opcional que a la mezcla antes de meterla al horno le agregue más pasajeros según la tradición tapatía y permita que unos entren al horno parados, esto le dará una consistencia más desesperante, con la desventaja que tendría más espuma agresiva al momento que agregue las personas que tenía macerando.

 

Sírvase caliente, se sugiere acompañarlo con una bajada apresurada, un par de empujones dentro del autobús, una taza de conversaciones ajenas graciosas, 100 gramos de albañiles groseros, una bola de nieve de ventanas que no se pueden abrir, algunas galletas de tubos de fierro mugrientos y un vaso con agua para evitar el empacho.

 


 

Ágata

Posted by mr! | Posted in , | Posted on 16:24

0







Le he llamado Ágata, no que ese sea su nombre, nunca le he preguntado, es decir… nunca hemos hablado.

Ella me acompaña en cada instante de mi vida desde hace más de un año. Desde entonces la palabra soledad, para mí, ha perdido significado.

Nos conocimos una noche, en un lugar obscuro y ruidoso. La gente bailaba y se divertía, creí verla en algún lugar, la ignoré.

El lugar cerraba y cuando por fin las luces se prendieron ahí estaba ella, clavando su mirada en mí, interesada, ultrajante y penetrante.

No supe como reaccionar, sentí miedo y ansiedad. Pero ella permanecía inmutable.

Me siguió a casa, no pude evitarlo.

Traté de huir de ella pero fue imposible. Aún cerrando los ojos Ágata estaba ahí, desquiciándome

Ella ve lo que yo veo, no puedo ocultarle nada. Lee esto mientras lo escribo, y sé que me juzga aunque no lo dice.

Ágata es más que sólo mi sombra, es mi compañera, mi amante, mi vigilante, mi siempre y mi todo. Y tan poco al mismo tiempo, sólo una mancha necia y caprichosa que niega irse.

Es silenciosa. Sigilosa con los demás y asfixiante conmigo. Me ve mientras duermo, como, me visto, camino, estudio. Le he pedido que me deje solo pero ella sigue callada y no se va, nunca se irá.

No sé que es lo que quiere de mí, nunca ha hablado y no espero que lo haga.

En instantes puedo llegar a ignorarla, pero siempre vuelve a mi pensamiento. Y entonces ella estará ahí para mí y yo para ella.

He llegado a aceptarla lentamente.

Quizá algún día despierte y ella ya no esté conmigo. Y entonces me sentiré solo otra vez y la extrañaré.

Finalmente seremos dos seres que viven en un mismo cuerpo, compartiendo sus días hasta que alguno decida ceder y desaparecer.